Según el psicólogo
Albert Bandura los hombres suelen ser más agresivos que las mujeres. Sin
embargo, estas diferencias dependen del tipo de agresión, es decir, los hombres
suelen ser más agresivos físicamente mientras que las mujeres suelen ser más
agresivas verbalmente.
En primer lugar, los
hombres muestran una conducta antisocial mayor que las mujeres con una relación
de 4:1 durante la infancia y la adolescencia, mientras que de adultos la
proporción es de 7:1.
En cuanto a los delitos cometidos,
hay diferencia entre hombres y mujeres. Según la American Psychological
Association (APA), mientras que las mujeres cometen con mayor frecuencia
delitos menores, los delitos cometidos por
hombres son en mayor medida contra la vida y la propiedad privada.
Hay distintas explicaciones a estas
diferencias. En primer lugar, hay una diferencia biológica entre los hombres y
las mujeres en el área preóptica del hipotálamo debido al influjo de los
andrógenos (hormonas sexuales masculinas). Por otra parte, hay estudios que
demuestran que las diferencias de género son debidas a las hormonas gonadales
(hormonas sexuales masculinas y femeninas), sobre todo a la testosterona que
han sido vinculadas a la sexualidad, a la dominancia social y a la agresividad
en animales. No obstante, en humanos estos estudios no cuentan con suficientes
estudios comparativos. Por ejemplo, se han relacionado agresiones graves en
presos con altos niveles de testosterona, sin embargo, la testosterona se
asocia a la dominancia social, a la búsqueda de sensaciones y a las
experiencias heterosexuales tanto en presos como hombres sin problemas legales.
La ginecóloga
Katharina Dalton realizó estudios con mujeres inglesas cuyos resultados llegaron
a la conclusión de que las mujeres son más agresivas y antisociales durante la
menstruación. Sin embargo, en la actualidad esta teoría está descartada ya que,
aunque muchas mujeres hayan delinquido durante ese periodo, la mayoría de las
mujeres que tienen ansiedad y hostilidad durante la menstruación no cometen
delitos.
Por otra parte, hay diferencias de
la personalidad entre hombres y mujeres. Las mujeres sienten más culpa que los
hombres al delinquir, y además, tienen más empatía con las víctimas que los
hombres. En cuanto a la interpretación de las situaciones violentas, los
hombres suelen percibir más que las mujeres los estímulos neutros como
agresivos, aparte de que las mujeres tienen una capacidad de tolerancia ante
actitudes agresivas mayor que los hombres.
Por último, se socializa de forma
diferente a hombres y mujeres. Según Hoffman-Bustamante, se supervisa más las
acciones de las mujeres por lo que son más sumisas y pasivas mientras que los
hombres son más agresivos e independientes. Este autor indica que las mujeres
cometen menos delitos que los hombres porque han sido socializadas para no
cometerlos. Existen dos teorías propuestas por Weis en 1982 que explican la
delincuencia femenina: la teoría de la reversión de roles (la mujer cambia su
rol de persona dócil, Weis descarta esta teoría) y de la convergencia de roles
(se produce una masculinización de los roles femeninos y una feminización de
los masculinos, esta teoría es válida para Weis). Para
finalizar, Weis argumenta que “no se trata de que los chicos sean
particularmente más violentos, sino que las chicas no lo son en absoluto”.
Existe un
estudio realizado por la Unidad de Investigación Criminológica de la
Universidad de Castilla La Mancha sobre la realización de actos delictivos y
pre-delictivos de las mujeres españolas con una edad comprendida entre los 14 y
los 21 años. Las conclusiones a las que llega el estudio son que el
comportamiento de las mujeres tiene las mismas características generalmente que
el de los hombres en esa edad; las conductas que predominan, tanto en hombres
como en mujeres, son aquellas que desobedecen las normas pero no son
delictivas, es decir, consumir alcohol, faltar a clase, etc.; en ambos sexos
estas conductas se desarrollan en compañía de otros jóvenes; las mujeres
comienzan más tarde a tener este tipo de conductas y las conductas agresivas
son mucho usuales en hombres que en mujeres; y por último, la menor tendencia a
tener actos delictivos de las mujeres es debido a su control familiar y a las
relaciones afectivas.
Mientras a las mujeres
se les critica desde su entorno si infringen las normas socialmente
establecidas, a los hombres se les educa para desobedecerlas, es decir, los
hombres pueden comprobar su masculinidad infringiendo las normas, usando su
fuerza o agrediéndose entre ellos sin que sean criticados por ello. Numerosos
estudios especializados han demostrado que la agresividad en los hombres se
aprende socialmente y por ello son más propensos que las mujeres a cometer
delitos.
Los delitos atribuidos socialmente a los hombres son diferentes que a las
mujeres. A los hombres se les atribuye socialmente delitos en general violentos
como delitos sexuales, grandes robos, secuestros, etc. mientras que a las
mujeres se les atribuyen delitos que incumplen el rol que se les asigna como el
maltrato infantil, abandono de personas, etc.
La violencia tiene socialmente un rol masculino, y por ello, muchos creen
que la mujer que delinque se masculiniza y actúa como un hombre.
Aunque en los últimos
años ha aumentado la población reclusa en España, el porcentaje de hombres y
mujeres en prisión se ha mantenido constante en torno al 92% de los reclusos en España son hombres frente al
8% que son mujeres. El porcentaje de mujeres extranjeras con respecto a mujeres
nacionales es superior llegando al 9’4 en 2007 frente al 7’7 de las mujeres
españolas aproximadamente.
La siguiente tabla
muestra la comparación de los delitos por sexo en el año 2007 en España.
Esta tabla expone que el
delito por el que más hombres están encarcelados es contra el patrimonio y el
orden socioeconómico mientras que el delito más cometido por las mujeres en
España es contra la salud pública.
En cuanto a los delitos
relacionados directamente con violencia que son los delitos de homicidio y de
lesiones, el 4’38 de las mujeres encarceladas son por delito de homicidio y el
2’98% de las mujeres lo están por delito de lesiones, mientras que el 5’39 % de
los hombres están en prisión por el delito de homicidio y el 4’88% lo están por
delitos de lesiones. El 93’3% de las personas que están en la cárcel por delito
de homicidio son hombres. Asimismo, el 94’9% de las personas que están en
prisión por delitos de lesiones son hombres.
En conclusión, aunque
existen indicios biológicos de que los hombres son más agresivos que las
mujeres debido a las hormonas sexuales, actualmente prevalece la idea de que
los hombres son más agresivos que las mujeres se debido a la socialización
implantada en cada sexo y a que la violencia se aprende socialmente.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologia-251-2-factores-neurobiologicos-del-trastorno-de-personalidad-antisocial.html
http://www.ine.es/jaxi/tabla.do?path=/t18/a052/a1998/l0/&file=j10053.px&type=pcaxis&L=0
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