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jueves, 8 de marzo de 2012

La etología animal y humana

La etología es una ciencia que estudia la biología del comportamiento de los animales. Su origen reside en los principios de la psicología humana, la cuál, deriva de la filosofía.


Se considera que la etología funciona a través de tres dimensiones continuas en las que se pueden enfocar sus estudios:

La dimensión micro-macro, que va desde el nivel celular hasta el nivel del organismo en su totalidad.
La dimensión individuo-especie.
La dimensión naturaleza-laboratorio, que comprende las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo el estudio (ambiente natural o en situaciones artificiales con estricto control de las variables).


Si la etología estudia el comportamiento de los individuos en una especie, ¿puede ser útil para el estudio del ser humano?

Aristóteles mencionó que "el hombre es un animal social", y en la misma línea Hogg y Vaughan, en su obra de psicología social aclaran que "como regla...creen que el estudio de los animales no nos lleva muy lejos en la explicación del comportamiento social humano, a menos que estemos interesados en sus orígenes evolutivos".

Los zoologos Charles Oyis Whitman y Oskar Heinroth descubrieron que algunas pautas de comportamiento estaban fijadas en la masa hereditaria de las especies de animales. “Ello hace que la conducta de una especie animal pueda ser estudiada con la misma problemática y los mismos métodos utilizados por la Biología, para estudiar la constitución y funciones de todos los seres vivientes” (Lorenz, Konrad, 1965).

Konrad Lorenz fue el fundador de esta ciencia junto con Nikolaas Tinbergen en los años 30. En 1973, ellos junto a Karl von Frish, recibieron el premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos y teorías con respecto a la explicación del comportamiento animal.



La violencia y la agresión son temas a los que la llamada etología humana trata de dar una explicación. El comportamiento agresivo responde a las presiones de la selección natural, algunos autores lo definen como una estrategia evolutiva y como tal cumple sus cometidos:

  • Conducta territorial : junto a las señales aromáticas y otros mecanismos, sirven para subrayar la exclusividad de un territorio evitando la superpoblación.
  • Agresión vinculada a la conservación de las pautas grupales, es decir, el individuo que no coopera, y es distante, es atacado por los de su propia especie
  • En situaciones de rivalidad sexual, para servir al orden de la reproducción, asegurándose así en las luchas por el apareamiento (o preservación de la especie) y la buena salud de la progenie.
  • La agresión cumple su papel en la delimitación y conservación de jerarquías sociales.

Los primates son animales que tienen una gran similitud con los humanos, tanto genéticamente como conductualmente. El comportamiento de éstos animales y su estudio ha sido muy clarificador para entender el propio comportamiento humano.

Entre los primates existen agresiones que nos remiten a conductas humanas. Por ejemplo, los animales dominantes tienen una forma de descargar el estrés al cual están sometidos: buscan a un chivo expiatorio al cual agreden, sin motivo, para descargar su tensión y hacer que desaparezca. En las hembras subordinadas por los efectos de gran estrés el chivo expiatorio pueden ser sus crías, convirtiéndose así en madres abusivas. Aunque, algunas madres no agreden a sus crías, permiten que los machos (con fines reproductivos) cometan infanticidio, y están presentes como espectadoras pasivas sin defender a sus crías. Éste comportamiento podría ser ejecutado por un ser humano en las mismas condiciones, ya que en las múltiples formas de agresión entre humanos se dan los abusos entre familiares parricidio, madres y padres que agreden física o psicológicamente a su hijo, el abandono de los mismos, e incluso el asesinato de los mismos.

Pero en el reino animal la agresión, a pesar de tener sus funciones y ser imprescindible para su supervivencia, se ve compensada por las conductas cooperativas que son más importantes socialmente y les permiten establecer vínculos intragrupales. Es más frecuente ver a un macho chimpancé aseando a otro que peleándose. Otro ejemplo es el "consorcio sexual" que pueden formar una hembra y un macho; en lugar del comportamiento agresivo con fines reproductivos, el macho establece "amistad" con una hembra y cuida de las crías de ésta aunque él no sea el padre biológico, es decir, crea un vínculo afectivo que permite al macho lograr un fin reproductivo evitando la violencia.

Otro comportamiento agresivo vital para la manada o grupo de iguales es la agresión como defensa del mismo. Cuando un miembro se ve amenazado, todos en su conjunto acuden a ayudarlo y defenderlo. Esto puede ayudar a identificar un claro sentimiento de pertenencia a un grupo, habitual en los seres humanos.

Pero, ¿animales y humanos actuamos de forma idéntica respecto a la agresión?

Los chimpancés, como hemos mencionado, están dotados de un sentido de pertenencia a una comunidad y son capaces de identificar grupos extraños, rivales u enemigos con los cuales han de competir por supervivencia. Pero está demostrado por los etólogos a través de numerosos experimentos que una comunidad de chimpancés no establecen grupos de alianzas para atacar a otra comunidad por voluntad propia a no ser que se sienta amenazada en un primer momento y se vea obligada. No es así en el mundo humano donde las guerras que se han dado en la historia, y que por desgracia se siguen dando, donde las personas son capaces de atacar a sus iguales por distintos tipos de intereses, pero no por supervivencia del grupo ni como último recurso.

Otro aspecto que no muestran los chimpancés respecto a nosotros es el sentimiento de rencor cuando en la lucha hay un vencedor y un vencido, los animales lo aceptan, vence el más fuerte y el derrotado debe retirarse. Así, por ejemplo, cuando un grupo de machos ataca una comunidad para obtener hembras, éstas se incorporan al grupo vencedor sin rencores. En el caso de los humanos, los vencidos guardan rencor y lo manifiestan a la primera oportunidad. A las anteriores diferencias se suma otra muy importante en el caso de los humanos: el empleo de armas.


En conclusión, la etología surge para dar explicación al comportamiento animal, pero ha sido de gran utilidad para poder entender también el comportamiento humano (etología humana) y también a comprender la naturaleza de la violencia.




Enlaces de interés:

http://youtu.be/VHA2lcGZ9sQ Etología Huxley y Lorenz

http://youtu.be/T-0Pub1ma4U Konrad Lorenz y su estudio sobre las aves


BIBLIOGRAFÍA:

Lorenz, Konrad "El comportamiento animal y humano" (1972)


Gállego, Luis "Etología humana y animal" (1998) http://www.uib.es/depart/dba/CVpau/Luis.html 




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